La fisioterapia, acompañada de ejercicios físicos, baños y técnicas de relajación por parte del paciente, mitiga los síntomas de la artritis reumatoide.
Esta enfermedad inflamatoria crónica afecta principalmente a las articulaciones de pies y manos, muñecas, tobillos y rodillas. La artritis reumatoide pertenece al grupo de las enfermedades autoinmunes en las que además influyen factores de tipo hereditario, de estilo de vida y de hábitos alimenticios.